En 1963, Martin Luther King, Jr. inspiró un movimiento poderoso con su famoso discurso
“I Have a Dream” (Yo tengo un sueño). A través de su pasión y determinación, despertó interes, ambición y coraje en su audiencia. Hoy, reflexionar sobre su mensaje anima a muchos de nosotros a pensar en nuestros propios sueños, metas, creencias y aspiraciones. Para muchos estadounidenses, uno de esos objetivos comunes es poseer una casa: un pedazo de tierra, un techo sobre nuestras cabezas y un lugar donde podamos crecer y prosperar.